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. Desde una sombra, en el medio de la acera, Elena miraba el muro que parecía contornar una casa antigua …
Fue caminando tranquilamente, siempre al lado de la propriedad.
Al llegar cerca de la entrada principal, el alto muro desapareció para dar lugar a rejas, igual de altas, pero que permitían ver un enorme jardín, que necesitaba algunos cuidados … al fondo … la casa … construcción del siglo XVIII …
Al pasar delante de la entrada encontró un gran cartel … SE VENDE …
Se quedó unos momentos parada … mirando … pensando …
Levantó el móvil e hizo una foto … así se quedaría con el número del contacto …
Después regresó al hotel … quería descansar … sus casi 70 años ya no le permitían tan largas caminatas.
Más tarde llamó a Ezequiel, su procurador en Madrid …
— Eze, hola … soy Elena … … bien … … aquí en Sevilla … … mira te llamo porque te voy a mandar el número de una inmobiliaria de aquí … entra en contacto y diles que quiero comprar aquella propiedad … dependiendo del precio, Claro está! … intenta hacerlo esta mañana … avisame cuando tengas algo
Al colgar, sus ojos ganaron brillo … siempre quizo vivir en aquella casa grande …
Hasta la hora de la comida se sentó en la terraza del HOTEL INGLÉS, situado en pleno centro.
Desde su confortable “long chair” podía ver el Ayuntamiento … y, más alejado, sobresaliendo por encima de los edificios del entorno, la Giralda de la Catedral … allí se sentía como en casa … recordaba los tiempos en que vivió en Sevilla …
Ezequiel la llamó cuando ya se encontraba en el salón restaurante.
— Hola, Elena. Es un buen momento?
— Si, Eze. Estoy de vacaciones, todos los momentos son buenos … dime … que tienes para mi?
— Bueno … el precio, para el tipo de inmueble que he visto por internet es muy accesible … extrañamente accesible …
— Eso es bueno … no ?!!!!
— Si! Pero lo más raro es que antes de iniciar cualquier trámite quieren una reunión personal contigo?
— Y eso?!!
— No lo sé … pero es una condición “sine quo no” …
— Ok … marca esa reunión para esta misma tarde … cualquier hora y local me sirve.
Se interrogaba del porqué de tal exigencia … pero Elena no era de las que desistía delante de los obstáculos …
Media hora después Ezequiel ya tenía un local y una hora … el restaurante LA TREMENDA … un simpático local en la Avenida de Miraflores … 15.30h …
Cogería un autobús … se bien recordaba el 01 y el 11 pasaban por ahí … esperaría hasta que uno de ellos pasara … solo tenía que caminar un poco hasta el Prado de San Sebastián.
Puntual, como siempre, a las 15.15h ya estaba allí.
Pidió un manchado con leche fría …
La espera no fue larga … dos minutos después de la hora marcada … un hombre de traje y corbata se acercó … vaya! … en julio … verano … que mal lo estaría pasando aquél hombre ya con alguna edad …
— Doña Elena Zamorano ?!
Elena se levantó … vaya … Ezequiel le había dado hasta su apellido …
— Si! Soy yo! — le estiró el brazo con la mano abierta que, delicadamente él apretó en la suya — y usted es?!!!
— Yo soy JULIÁN MORENO.
— De la inmobiliaria ?
— No. Yo soy el propietario de la casa morada.
— Venta directa?! Me gusta!
Se sentaron.
— Toma algo? Un café?!
— Un descafeinado de maquina, por favor.
Elena hizo señal a la camarera.
— Doña Elena, antes de empezar me gustaría hacerle una pregunta … porque quiere usted comprar mi propiedad?
— Sería largo de contar, señor Moreno … yo he vivido aquí en Sevilla, hace muchos años … confeso que, de muy chica … y ya no tan chica … me colaba en el jardín por un local en el muro … me escondía en uno rincón … me echaba en la tierra, y me quedaba horas mirando el cielo …
— Eso no sería así tan fácil …
— Lo dice por Terry, el gran perro, Bull Terrier?
— Lo conoció?!
— Si!!!! Nos hicimos amigos!
— Complicado … Terry no hacía amistades con cualquier persona …
— Lo compré! — Elena sonrío …
— Y eso?!!
— La primera vez salí corriendo, con él detrás de mí … La segunda le llevé unas galletas … le encantaban … muchas veces se acostaba a mi lado y me avisaba cuando venía alguien de la casa …
— Impresionante! El pobre Terry … Ya falleció …
— Lo imaginaba … estamos hablando de unos … 35 años ?!!!!
— Si puede ser.
— Esa propiedad siempre me cayó bien … hoy la visité … sin colarme … solo desde fuera … y encontré el cartel … me sorprende que la venta no esté gestionada por una agencia … es un espacio maravilloso …
— Ninguna agencia acepta hacerse cargo de la venta, Doña Elena.
— Que raro! Y eso porqué?!
— Por eso insistí en esta reunión … yo soy un hombre que me gusta ir con la verdad por delante …
— Que pasa?!!!
— Toda la casa y los jardines están malditos!
— Perdón ?!!!
— Se avistan fantasmas … sonidos raros … objectos que se mueven solos por la noche … voces … la gente no aguanta más de un mes … yo mismo no vivo ahí desde hace más de diez años … pocas personas suelen pasar de esta conversación …
— Y se sabe el porqué de todo eso?
— Hace unos años descubrieron tres cuerpos enterrados en la parte de atrás de la casa.
— Cuerpos?!!
— Si. Hubo en tiempos, aquí en Sevilla, un asesino en serie.
— No me diga!
— Tres de las personas desaparecidas se encontraron ahí … muchos años después …
— Lo cogieron … supongo …
— No. La policía jamás ha descubierto al autor … de repente los crímenes pararon … y todo quedó en nada …
— No sabía nada de eso … alguien investigó la casa, por eso de las cosas inexplicables que pasan?
— Si. Llegó a venir un equipo de Cuarto Milenio … grabaron algunos sonidos raros … ellos le dan un nombre complicado … psico … cualquier cosa …
— Psicofonías.
— Eso mismo.
— Pues bien, señor Moreno, yo no soy de esas mujeres que se deja impresionar por espíritus y fantasmas. Lo he escuchado con toda la atención … y … … … sigo interesada en comprar la casa morada.
— Lo dice en serio, doña Elena?!
— Muy en serio. Mi abogado tiene plenos poderes para la compra … el dinero puede estar en su cuenta mañana mismo.
— Estoy sorprendido … es usted una mujer de armas tomar … pues si quiere vamos allí ahora mismo y le muestro la casa por dentro … y le puedo dar las llaves hoy mismo … veo que me puedo fiar de usted … La casa está para habitar, totalmente amueblada … con agua, luz y aire acondicionado conectado … los jardines necesitan algún cuidado … Manuel, el jardinero, se murió hace unos años y no contratamos a nadie más …
— Tomaré un taxi.
— No será necesario. He venido en coche … si me permite, la llevo yo mismo.
— Acepto encantada.
Según se iban acercando Elena empezó a sentir un hormiguero por la espalda …
Delante de la entrada el paró el coche, sacó un mando de su bolsillo y el portón se abrió lentamente … como en las películas …
Las dos horas siguientes se pasaron caminando por todos los rincones de las dos plantas de la casa … una casa fantástica donde se perdía la noción del tiempo y del siglo …
— Aquí tiene usted las llaves, doña Elena … espero que disfrute de esta pedazo de propiedad … le dejo también mi tarjeta por se necesita saber algo más de la casa.
— Muchas gracias señor Julián Moreno.
Ya sola se sintió como en un sueño …
Salió fuera y caminó por el jardín … buscó el local por donde se colaba … ahora era imposible … un arbusto había crecido, más alto que el propio muro … ahora era imposible entrar por ahí …
Sacó de su bolso una foto antigua … en ella se vía un enorme arbol y una mesa redonda de piedra …
No fue necesario mucho tiempo para encontrar el local … por allí no había pasado el tiempo … ni mucha gente …
Buscó un espacio, exactamente entre el arbol y la mesa … entonces de puso de rodillas y empezó a escavar aquella tierra … primero con las manos, después con la ayuda de una piedra pequeña … a cerca de medio metro tocó algo duro … con cuidado quitó más un poco de tierra … a descubierto estaba una calavera … respiró hondo … volvió a cubrirla de tierra … todavía estaba allí … exactamente donde la había enterrado hace más de 15 años … Julián había dicho que habían descubierto 3 cuerpos … solo tres … se levantó y miró a su alrededor …
En su cara se dibujó una sonrisa maquiavélica.
. fin
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