.
.
. *** Hola! Soy XIKO, vivo en Sevilla y soy un gato negro … completamente negro. A ver … yo sé que algunos de vosotros sois supersticiosos … pero os digo una cosa … no es verdad … soy inofensivo … además … aprendí a lo largo de mis 15 años … si … 15 de vuestros años … aprendí que ser supersticioso … trae mala suerte … … también sé que pensáis que nosotros, los animales, no entendemos a lo que hablan los humanos … … bueno … en eso tenéis razón … solo algunos de los los gatos que superan los 12 años de vida conseguimos leer lo que dicen los que caminan de pie … yo tengo esa suerte … los comprendo perfectamente, pero … me es difícil comunicarme con ellos … por eso pedí a Jorge que contase una de mis últimas aventuras … ya lo conocéis, por eso os dejo con él … os doy las gracias por vuestra atención … y a ti, amigo Jorge … ***
— Es un placer, Xiko! Bueno yo pertenezco a un muy reducido número de personas que podemos hablar con los gatos … al menos algunos gatos … lo descubrí hace unos años cuando Xiko me despertó a media de la noche diciendo que tenía fuego en el garaje … me levanté de golpe y le pude apagar rápido … había dejado a cargar la batería de mi patinete y explotó repentinamente pegando llamas a unos papeles que tenía cerca … solo después de todo solucionado es que me dé cuenta de que me había avisado mi gato … después de esa anécdota hablamos muchas veces … un día me contó la historia que escribo ahora mismo … espero que os impacte tal como me impactó a mi …
… …
Despertó después de una larga siesta … mantuvo los ojos cerrados y intentó identificar el movimiento circular que sentía en su alrededor … antes de abrirlos identificó la fuente … esperó un par de segundo y de repente, en un movimiento de felino aplastó el intruso entre sus garras … Skipy, el pequeño gato con solo unos días de vida, estaba preso, arrestado entre las largas uñas de Xyko … temblaba … de miedo …
— Skipy … porque no me dejas dormir? — intentó una voz de enfado … pero no le salió … tenía una debilidad por aquél pequeño cachorro … era uno de los 8 pequeños recen nacidos que su hermana Chycka había parido y traído para casa … arrastrando de dos en dos … le echó una enorme bronca … primero por traerlos … conocía bien los dueños de la casa y sabía que no permitirían que se quedasen … en segundo por no pedirle ayuda … ya habían pasado dos días y él sabía que habría alguna acción muy pronto … empurró a Skipy en dirección a donde estaban sus hermanos y decidió dar un giro por la casa … escuchó voces humanas … en el salón … los señores de la casa hablaban … el tema era … los nuevos “inquilinos” …
La distancia no le permitía escuchar todas las palabras … “hay que hacer algo ...” “deshacerse de ellos ...” “yo los llevo… “ …
Xyko no quiso escuchar más … aceleró la pasada y fue con su hermana …
— Tenemos que salir de aquí … ya …
— Que pasa mano mayor?!
— Los van a llevar, tenemos que huir con los pequeños …
Chicka tuvo un momento de pausa, como se cocinase un plan, pero solo fue un instante, inmediatamente empezó a reunir los 8 hijos …
Inesperadamente se abrió la puerta y un hombre apareció … tenía en la mano algo parecido con una bolsa de paño … empezó a coger los gatitos, uno a uno y a soltarlos para dentro … Chicka huyo … nada podía hacer allí … sin pensarlo Xiko dio un salto y se metió en la bolsa … el hombre dudó un momento … la bolsa parecía más pesada de lo que él imaginaba … pero … pensó … al final eran ocho gatitos … tenían que pesar algo.
El aparecimiento del grande gato negro en el oscuro tranquilizó un poco los pobres cachorros …
— Tranquilos, chicos … ya pensaré algo para sacaros de aquí …
El hombre se dirigió a un coche, fuera de la casa … abrió la puerta de atrás y colocó la bolsa en el suelo del vehículo … después se sentó al volante y arrancó …
Inmediatamente Xiko empezó a roer el cordón que cerraba la bolsa … pronto se dio cuenta que no estaba atado muy fuerte y que, con un poco de suerte y de jugar con sus patitas podría abrir un poco y crear un espació para que saliesen … en menos de cinco minutos todos los gatitos estaban fuera …
— Estate atentos … cuando la puerta se abrir salid corriendo lo más fuerte posible … ah! Y otra cosa … en diferentes direcciones … Él intentará perseguirnos … pero no podrá hacerlo con todos … corred y no miréis hacia atrás … atentos a mi señal …
Unos minutos después el coche se paró … el hombre salió, dio la vuelta al coche y abrió la puerta de atrás …
— CORRED! AHORA!
Sorprendido el hombre dio un paso atrás … los gatitos huyeron en cuatro direcciones … el hombre reaccionó y consiguió coger a uno … los demás desaparecieran, por debajo de los coches aparcados en la acera …
Después de la sorpresa el sonrió … después se bajó un poco, miró el cachorro que tenía en el mano, lo acarició y lo colocó en l acera …
— Vete … sigue a tus hermanos … anda …
En la distancia Xiko observaba esa escena … entonces salió de entre dos coches y lentamente se acercó … delante de la mirada interrogante del hombre …
— Gracias. No lo olvidaremos!
El hombre miró en su alrededor … ciertamente buscaba el origen de aquella voz …
— Tranquilo, soy Xyko, el gato que vive en tu asa … tu eres Jorge, verdad?
Sin conseguir hablar el hombre asentó con la cabeza …
— Te estoy muy grato … ya nos veremos en casa … — Xyko dio media vuelta … había que recoger el grupo ...
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Será que Xyko conseguirá reunir de nuevo la familia ... y donde? ... esto no ha terminado ...
---------------------------------------------------------------------------------------------------------